Y en un mundo donde se ha convertido en veneno, quien posee la fórmula para crearla lo gobierna todo: implantes corporales obligatorios, nacimientos artificiales, mentes controladas.
Un salvador para algunos, tirano para otros.
Lorenzo pronto descubre que la insurgencia no solo se libra afuera, sino también en su interior: sus instintos primarios están desatados y una sed que no comprende lo arrastra hacia lo desconocido.
Un nuevo orden está latiendo bajo su piel… y no está solo.